15/2/15

Sobre el Espíritu de la Economía


Notas iniciales
Para un estudio del Espíritu de la Economía
Evaristo Hernández
Profesor
Maestría en Economía para el Desarrollo
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de El Salvador.
Diciembre 2014

1. El Concepto de Espíritu de la Economía

Se deben tomar muy en serio los estudios sobre el Espíritu, empezaré diciendo que sobre el Espíritu, han reflexionado y escrito brillantes pensadores que lo han tratado si bien con diferencias en los niveles de abstracción, en su esencia, en su ser sustancial, como Hegel en la Fenomenología del Espíritu y en una de sus manifestaciones, la jurídica, cuando se conforma como ley, como Montesquieu en El Espíritu de las Leyes. Inquiriendo sobre los fundamentos sociológicos, filosóficos y éticos y religiosos, en una amalgama de dimensiones de la realidad en las que adquiere contenido y forma el Espíritu, Max Weber examinó estos problemas en La Etica Protestante y el Espíritu del Capitalismo. Incluso el Espíritu actúa como un profundo lema en la Universidad Nacional Autónoma de México cuando se lee “Por mi Raza Hablará el Espíritu”.

Existe una disciplina en Filosofía que, aún imprecisa a mi juicio,  estudia el Espíritu, la Noología. El Diccionario Larousse la define como la “ciencia que intenta el estudio completo del espíritu como principio del conocimiento”.

Dilthey clasificó las Ciencias en Ciencias de la Naturaleza y Ciencias del Espíritu a finales del siglo XIX. La clasificación usual y actual de las Ciencias establece las Ciencias de la Naturaleza, de la Sociedad y del Pensamiento. Bien podría decirse, modificando ambas clasificaciones, la de Dilthey y la actual que la clasificación de las Ciencias debe ser en Ciencias de la Naturaleza, de la Sociedad y del Espíritu. Las Ciencias de la Sociedad deber ponerse aparte porque la Sociedad como realidad es diferente y es más que el Pensamiento y el Espíritu. Las Ciencias del Espíritu deben nombrarse de esta manera porque el Espíritu es más como realidad que el Pensamiento, es por ejemplo, también Sentimiento, Voluntad, Cultura, etcétera, por lo que las Ciencias del Pensamiento pueden de mejor manera incluirse en las Ciencias del Espíritu. De manera que para esta exposición las Ciencias son de la Naturaleza, de la Sociedad y del Espíritu. La Economía Política es una Ciencia de la Sociedad y puede ser examinada desde la perspectiva de una Ciencia del Espíritu, la Filosofía en una de sus disciplinas, la Noología; así, se puede decir que este es un primer esbozo para un estudio de la “Noología de la la Economía Política” o un estudio del “Espíritu de la Economía”.

Aunque se puede tener la idea de que el Espíritu es inmutable y perfecto, debo decir que es mutable e imperfecto, pero perfectible. Y esta es su esencia, puesta al desnudo, por Hegel, es eternamente perfectible, por la vía de la contradicción dialéctica.

El Espíritu se encuentra materializado en todo lo relacionado con el ser humano, aunque es clara su existencia, se desdobla en la creencia filosófica de que existe por sí mismo y también en la creencia filosófica de que no tiene auto existencia ni es creador de todo lo real material, sino que por el contrario no  es fuente sino resultante de la materia evolucionada. En todo caso también la resultante es una fuente, es decir todo efecto se convierte a su vez en causa y para lo que trato de explicar en esta oportunidad no interesa por el momento el examen filosófico de si el Espíritu origina la materia o si la materia evolucionada lo origina. Simplemente partamos en este momento de que el Espíritu existe.

Interesa estudiar el Espíritu, porque siendo una totalidad no solamente se estudia en su expresión de pensamiento humano que es la sustancia determinante del Espíritu, sino también abre posibilidades de examinar otras expresiones espirituales vinculadas con el proceso de creación, desarrollo, cambio y relaciones, vale decir, en la materialización espiritual o ideal de la realidad de la economía.

Ya Kosik aclaró que la realidad puede concretarse en el pensamiento, es decir que se puede materializar en las ideas. Las ideas son una de las manifestaciones del Espíritu como entidad abstracta no tangible. Como entidad concreta el espíritu se materializa en toda la realidad, de la naturaleza, de la sociedad y del mismo pensamiento. Según Hegel el Espíritu se fusiona con la Naturaleza dando origen a lo absoluto. El Ser Absoluto es el mismo ser humano y su saber la esencia de ese ser.  El Espíritu Absoluto se transforma en el proceso de desarrollo y cambio y sus relaciones en otras dimensiones reales como la  Anatomía, la Familia, el Estado y la Ciencia. Su esencia es el cambio, el desarrollo, el devenir, el ser no siendo.

El Espíritu es Pensamiento Absoluto, sustancialmente, pero siguiendo a Marx, considero que es producto de la materia evolucionada en el ser humano. Pero es mucho más que eso, es productor también del ser humano y no termina en él mismo, sino en la evolución conscientemente y múltiplemente dimensionada y transformada de las cosas, que tienen y no tienen pensamiento. Todas las cosas en su ser y en su proceso de ser adquieren Espíritu por el contacto con el ser humano aunque sean simplemente cosas. Como dijo Menger en sus Principios de Economía Política las cosas son cosas hasta que el ser humano las transforma en bienes y deseos. El mismo pensamiento se transforma en dimensiones espirituales diferentes, es decir, en cosas concretas y reales como sentimientos y sufrimientos, intenciones y acciones físicas y  sociales organizadas y desorganizadas. El Espíritu desborda el Pensamiento.

Según Zubiri, la Noología atiende fenómenos como los siguientes:

“La inteligencia (que) se funda en la impresión de realidad. El sentimiento (que) se funda en la afección de realidad. (Y) la voluntad (que) se funda en la tendencia a la realidad. En estas facultades los elementos de inteligencia, sentimiento y voluntad son los específicamente humanos, mientras que los de impresión, afección y tendencia son de naturaleza animal. Éstos últimos son los que fundamentan y posibilitan el hecho de los primeros.”

El Espíritu puede extraer de todo, de la naturaleza, de la sociedad y del mismo pensamiento, entre otras cosas, teorías, leyes y categorías con las que el mismo Espíritu se alimenta, crece y se reproduce en su forma más pura y perfecta, la Ciencia.

El Espíritu tiene una contradictoria evolución y revolución, su desarrollo que es su motivo y finalidad, no puede dejar de crecer y de reproducirse y es cada vez más perfecto, es eternamente perfectible. Y contradictoria pero explicablemente, por la misma razón de que es eternamente perfectible es eternamente imperfecto.

El Espíritu cuenta con la raza humana para desarrollarse. Existe una corriente filosófica, el materialismo dialéctico, que afirma que el Espíritu existe solamente gracias a la materia evolucionada en el cerebro, en la raza humana. En el ser humano el cerebro por la vía de su organización natural genera ideas y consciencia; pero se puede considerar que el Espíritu existe con independencia relativa, no es la materia evolucionada ni solamente el pensamiento y la idea sino además algo distinto producto de la síntesis de naturaleza, realidad y pensamiento y la Economía Política es la ciencia indicada para examinarlo en una de sus manifestaciones más determinantes que es la del bienestar material de los seres humanos. El Espíritu de la Economía Política examina la dimensión de la actuación mental y material de los humanos para vivir de mejor manera e indaga cómo logran resolver y pensar cotidianamente y científicamente, creer, crear y actuar y comportarse ante los problemas de la producción de los bienes necesarios para su vida, cómo los desarrollan, adquieren y consumen en términos tecnológicos, culturales y antropológicos y qué problemas técnicos, de organización y desorganización social y de la naturaleza se generan entre ellos y la voluntad colectiva resultante, y cómo reaccionan y se comportan los seres humanos ante su explicación y transformación de la sociedad y de la naturaleza, por motivo del bienestar material. La síntesis de estos acontecimientos se concreta en el Espíritu de la Economía Política.

Se podrá observar que este es un punto directamente relacionado con la vida del Espíritu; y es un punto importante, vital diría, pues lo económico es no una de las preocupaciones espirituales centrales del ser humano, sino la preocupación central de los seres humanos en quienes el Espíritu se encarna y concreta en su manifestación más pura y precisa, más absoluta, dotada de consciencia, como diría Hegel.

El Espíritu de la Economía Política, nace de la preocupación de los seres humanos para procurarse sus medios de subsistencia. Tan es así por ejemplo que el término griego “ousía” con el que griegos antiguos como Aristóteles designaban filosóficamente el “alma”, la esencia del ser humano tiene una raíz en la realidad económica, es el término que se usaba para referirse a la esencia, al precio, al valor de los terrenos. La tierra era el medio de producción principal en la Antigua Grecia.

En sentido cotidiano e inexacto puede decirse que todo ser se procura medios de subsistencia, los planetas por ejemplo, “procuran” el sol como un medio de subsistencia. Pero en realidad los planetas no procuran al sol, simplemente se relacionan con él de manera natural e involuntaria porque también simplemente los planetas no realizan actos conscientes, no tienen voluntad, que es otra manifestación esencial del Espíritu. Ni los planetas ni el sol piensan, y por lo tanto ni siquiera tienen libre albedrío que supuestamente es concedido por un Ser Superior que los ha creado conscientemente. Los animales, por el contrario, dirigen un esfuerzo intencionado para procurarse los alimentos, su medio de subsistencia, como un gato cuando caza un ratón…pero el gato aunque se pueda decir que tiene la voluntad de cazar al ratón no es una voluntad espiritual, sino una voluntad natural. Engels ha llegado a pensar que los perros y los caballos en un recóndito rincón de su cerebro a lo mejor sienten la gran ausencia de su posibilidad de hablar porque les gustaría comunicarse con los seres humanos. Pero sentimiento no es razonamiento y Engels no sostiene que el perro y el caballo piensan en la necesidad de tener un lenguaje como los humanos. También no hay evidencia de que el gato de manera espiritualmente volitiva actúe en el proceso de cazar al ratón, lo hace de manera instintivamente volitiva, siguiendo comportamientos de la naturaleza, como el “pez hoja” cuando se mimetiza como hoja para pasar desapercibido ante los pececillos que son engullidos por él. O como cuando el camaleón cambia de colores según su entorno mimetizándose para actuar pasivamente contra los depredadores y activamente como depredador. O como el conocido caso de las abejas que construyen una colmena que el ser humano en Japón trata de estudiar como el diseño de una estructura antisísmica siendo que las abejas realizan sus construcciones sin estudios previos, siguiendo su instinto natural de supervivencia.

Los seres humanos dotados de espiritualidad volitiva han hecho de la acción social de parecer lo que no se es, de la mimetización, incluso, una acción pensada, planificada, consciente, sentiente diría Zubiri e intencionada. Tanto, que existen ejemplos tan pero tan notables como el “traje invisible” diseñado para los soldados del futuro inmediato, y que combina los reflejos del ambiente con el tejido de los materiales del vestuario ocultando por completo al combatiente.

El Espíritu tiene en el ser humano y su pensamiento y comportamiento intencionado, con finalidades previamente proyectadas en su cerebro, uno de sus órganos fundamentales; el Espíritu no está solamente constituido de pensamiento y comportamiento intencionado, como ya dije, también es conciencia y cultura en el más amplio y profundo sentido de la palabra. El pensamiento y el comportamiento humano son múltiples, contradictorios y transmutados y como dije, cuando se trata de Economía Política interesa recapitularlo solamente y elementalmente en cuanto a la producción y apropiación de la riqueza.

Entre la Economía Política y el Espíritu existe pues una consustanciación, a tal grado que ha existido por milenios confusión al examinar si el Espíritu forma parte de la Economía Política o si la Economía Política forma parte del Espíritu. El Espíritu Económico Político se preocupa por determinar y explicar la cultura humana sobre el Trabajo, que ahora conocemos como el factor fundamental del proceso de producción. Si el Trabajo existe por ser castigo de Dios por el pecado cometido en el Paraíso Terrenal o si el Paraíso Terrenal es y debe ser producto del Trabajo. Esta es una de las cuestiones más debatidas por el Espíritu Económico Político, como pensamiento científico, y como intención y acción social. Debo admitir que me parece evidente aceptar que la Economía ha creado el Espíritu, de hecho, no puede existir Espíritu Económico Político, sin Economía como realidad, pero es también evidente que la Economía no es el Espíritu Económico. Esta situación es algo parecido a lo que Marx dijo sobre que no es lo mismo Digestión que Capacidad de Digestión.

El Espíritu Económico está sustanciado, en una de sus dimensiones, en la Ciencia Económica, pero no es solamente la Ciencia Económica, es algo más que ella, es también las instituciones y las intenciones económicas, las acciones económicas y las costumbres económicas y en fin, la realidad económica, la cultura y la ideología económica. Es la Geografía Económica, la Historia Económica, la Psicología Económica para mencionar algunas de las dimensiones en las que se presenta el Espíritu Económico. Y es la síntesis de ellas que existe con independencia.

El Espíritu es Universal, y también Singular. Es uno solo pero tiene sus momentos en el tiempo, en el espacio y en las diferentes dimensiones de la existencia. En Economía tiene la singularidad de atarse al ser humano en una dimensión de su vida que lo consume, que es la esencia de la vida humana misma: el procurarse los bienes que le sirven al ser humano para vivir, es decir, para alimentarse, vestirse, habitar, curarse y divertirse.

En la Economía, aún más, el Espíritu es una especie de esencia de la esencia de la vida humana pues la actividad principal dentro de las actividades principales del ser humano es procurarse los medios materiales, más que los medios espirituales de su existencia. Por eso, el estudio del Espíritu Económico, en su expresión y dimensión como pensamiento científico, es ahora, a principios del siglo XXI, tan importante para interpretar el sentido de la totalidad del ser humano en lo económico propiamente dicho, pero también la totalidad ser humano en todas las dimensiones porque por medio de lo económico se estudia lo no económico, lo extra económico, diría Marx y lo meta económico probablemente diría Aristóteles si se parodia su expresión sobre la meta física. Pero no siempre fue así. El Espíritu Económico ha evolucionado a lo largo de un tortuoso pero veloz viaje en el pensamiento y la vida del ser humano. Naturalmente ha sido más tardada la evolución del Espíritu Económico en el pensamiento que en la vida del ser humano. Se necesita comer antes de pensar u orar en la vida cotidiana y este razonamiento es válido cuando es visto históricamente el problema. Antes de pensar económicamente el ser humano resolvió su problema económico de subsistencia.

En su pensamiento y por mucho tiempo,  el ser humano tuvo abandonado, relegado, sub valorado, marginado podría decirse el Espíritu Económico. No lo veía en lo que valía. Pero no es su culpa, fueron las condiciones concretas de la historia de la economía las que no posibilitaron que el Espíritu Económico apareciera con esa singularidad valiosa que tiene y consecuentemente que el ser humano lo viera en esa singularidad. Pero ahora en los inicios del siglo veintiuno, se ve el Espíritu Económico en la dimensión de su cardinal importancia. En realidad el mismo ser humano no se valoraba como ser humano económico, pasaron milenios para que Aristóteles definiera tres siglos antes del nacimiento de Cristo al ser humano como un animal político y para que Marx y Engels establecieran la importancia determinante de la base económica en la totalidad de la vida humana a mediados del siglo XIX y para que Menger a finales del mismo siglo, atinara a definir al ser humano como “homo economicus”.

El Espíritu Económico es determinante en la actualidad porque en la evolución y revolución del pensamiento humano a lo largo de la historia ha pasado de ser principalmente un instinto económico a ser un mito económico y luego una razón económica y luego finalmente también a ser una razón científicamente económica. Desde luego que aunque es ahora una razón científicamente económica está siempre presente su naturaleza de instinto económico y de razón económica no científica y mitológica, si se quiere comparar, es como cuando en psicología se nota que el espíritu de la niñez siempre aparece con tal carácter en el espíritu de la adolescencia, de la adultez y de la vejez pero no es el mismo espíritu de la niñez.

El Espíritu Económico, en su mutación de instinto económico a razón científicamente económica ha devenido a la largo de la corta historia humana precisándose, articulándose y comparándose y ahora que es razón científica económica convive con el instinto económico y con la sinrazón o la irracionalidad económica que son sus estadios anteriores pero actualizados. Es decir que la razón científica económica tuvo todo un período de gestación desde que el pensamiento económico no estaba articulado sino que todavía esta desarticulado. Hubo un período en que el pensamiento económico era más bien un accidente del razonamiento que una observación precisa y metódica. Jenofonte en El Económico, por ejemplo, que Sócrates reflexionó sobre la “utilidad” y la conducta del capataz y de la mujer en el “oikos” o casa patrimonial mezclando principios del proceso administrativo con teoría económica elemental. No se creó una teoría de la economía.

La razón económica ha evolucionado tanto que ahora se tiene clara conciencia del avance científico que ha sistematizado y estructurado una concepción, una teoría y una metodología de la economía. Aun así, se tienen y tendrán vacíos y que siempre habrá necesidad de superar sus imperfecciones. Es el desarrollo económico en espiral al que probablemente se refirió o intuyó Sismondi el economista suizo que a principios del siglo XIX investigó sobre los ciclos económicos.

El Espíritu Económico puede considerarse en cierto momento histórico como perfecto porque expresa lo más avanzado de la comprensión humana del fenómeno económico en ese momento histórico. El Espíritu Económico tiene diferentes momentos y grados históricos de perfección, es siempre imperfecto porque su esencia es el cambio, como lo dijo Hegel y, por lo tanto, es siempre perfectible. Al Espíritu Económico le faltaron, le faltan y le faltaran órganos y facultades que ahora no tiene y los que tiene con evidente desarrollo son siempre falentes.

Todo Espíritu tiene tres momentos, uno antes, otro durante y otro más después de concretarse como Ciencia. Antes el Espíritu Económico era un espíritu corriente, cualquiera, podría decirse, no era un espíritu científico, no era una estructura, no era un sistema integrado de teorías, leyes y categoría. No era una concepción y una teoría científica y metodológica del mundo y la vida económica. El Espíritu Económico apareció al principio como una especie de casualidad explicativa que necesitaba entender una realidad y al mismo tiempo ser entendido. Poco a poco se fue haciendo espiritualmente consciente y auto consciente y científicamente aprehendido. Por ejemplo, como un accidente necesario surgió el espíritu tecnológico y económico, con la conciencia humana de aplicar el descubrimiento, la producción y la administración del fuego en las tres edades de los metales para moldear estos y producir mejores instrumentos de producción. El Espíritu Económico habitó en el alma de cada ser humano primitivo cuando un espíritu de organización colectiva se vuelve obligado para producir los alimentos necesarios para la existencia humana, por ejemplo, cuando se organizaba un grupo humano para la cacería del mamut.

El Espíritu Económico se dividió en el mundo primitivo en el Espíritu económicamente interesado de múltiples tribus y clanes. Posteriormente el Espíritu Económico de  civilizaciones, confrontadas por motivos económicos se transformó en el Espíritu Militar debido a la mutación dialéctica del conflicto económico en conflicto armado entre humanos por la apropiación de tierras y riquezas. Ahora se comprende con claridad, que el Espíritu Político y el Espíritu Militar si bien son diferentes también son uno sólo con el Espíritu Económico y que este último en última instancia, origina los demás Espíritus. Ahora se comprende que son las motivaciones principales del Espíritu Económico y sus intereses las que originan las motivaciones del Espíritu Político y del Espíritu Jurídico y del Espíritu Militar, es decir, disputas del poder económico por medio de las armas y de la política y las leyes.

En lo propiamente económico la dialéctica de la relación entre las necesidades como tesis y los bienes como antítesis el Espíritu Económico las ha resuelto por medio de la síntesis del trabajo que produce bienes y satisface necesidades humanas. Para descubrir científicamente esta dimensión básica de la vida del Espíritu Económico el ser humano tardo milenios, lo logró, como dije, hasta hace poco, en el siglo XVIII con Adam Smith.

El Espíritu Económico pasó orientando la finalidad productiva y distributiva del ser humano, por tres edades de piedra y tres edades de los metales oculto, sin ser descubierto por el pensamiento y la consciencia humana. Pero el Espíritu Económico, en todo el período en que permaneció oculto para el pensamiento y la consciencia humana, transfigurado y configurado por medio del trabajo humano, aun siendo un resultado no consciente por milenios le ha dado al ser humano la proyección instrumental de sus órganos transformadores de la naturaleza. El martillo de piedra o de metal puede verse como una proyección del puño, los telescopios del sentido de la vista, el teléfono de la voz y oídos, la computadora una manifestación del cerebro humano. El Espíritu Económico surge del Trabajo Humano pero no es el Trabajo Humano. Nace de él pero se revierte al Trabajo Humano, desarrollándolo y proyectándolo. El Espíritu Económico mutado en trabajo creó y adiestró la mano fina que toca el piano y la mano musculosa que hizo el hacha, el arado y el tractor y que cultiva alimentos, que fabrica aviones, barcos y furgones en los que se transporta la vida y los medios de vida, en fin todo para hacer realidad aquello que Smith caracterizaba como “los bienes convenientes y necesarios para la vida”, en La Riqueza de las Naciones. El Espíritu Económico materializado en el trabajo humano, ha hecho un cuchillo de las uñas humanas, un megáfono de su voz, un automóvil de sus piernas, le ha dado branquias artificiales a los mamíferos con los submarinos y los ha hecho anfibios para que exploren y haga productivas la profundidad de los mares, le ha dado alas no solo para volar sobre la tierra sino sobre la luna y otros planetas y ojos telescópicos como el Hubble para ver galaxias, ojos de los que si pudieran sentirían envidia las águilas. El Espíritu Económico ha hecho del Ser Humano un Ser supremamente sabio que al proyectar su cerebro en forma de una computadora u ordenador, verdaderamente ordena de manera automatizada el trabajo de otros seres clonados o no a su imagen y semejanza. Y como dije a contrapunto de esta enorme importancia el Espíritu Económico ha permanecido escondido durante mucho tiempo, contado el tiempo relativo, en la brevedad de la vida del ser humano.  Contando solamente los siglos desde el nacimiento de Cristo, de sus veintiún siglos de historia de la era Cristiana el ser humano a tenido dieciocho siglos de oscuridad y solamente tres siglos de claridad en cuanto al Espíritu Económico.

El Espíritu Económico inició su vida más como un instinto y una costumbre económica que como pensamiento económico, y se puede decir que estuvo sujeto a los movimientos del Espíritu en otras dimensiones, como la religiosa o la mítica, por ejemplo, explicando la aparición del fuego, fuerza motriz primitiva para ablandar frutos y madera y diversificar la alimentación y la fabricación de utensilios, porque Prometeo le robó el fuego a Zeus y se lo dio a los humanos. Y esta explicación sucedía en la cuna de la filosofía occidental, Grecia Antigua. Ahora sabemos que el descubrimiento de la importancia y el uso, mantenimiento y desarrollo de la fuerza natural del fuego fue resultado del trabajo humano y no del regalo de Prometeo a los humanos y de su latrocinio con Zeus.

2. Historia del Espíritu Económico

2.1. Siete Divisiones del Trabajo

Inicio una exploración del fundamento espiritual, teórico e histórico, de la economía política, que es la división del trabajo. Normalmente se nos enseña que existen tres grandes divisiones del trabajo: en la primera, la agricultura que transformó al ser humano de nómada en sedentario; en la segunda, la artesanía y la industria que posibilitaron la separación de la producción de la agricultura y en la tercera, el comercio que generó un nuevo sector social que posibilitó el intercambio y la constitución del mercado mundial. En esta oportunidad exploro si la economía tiene otras divisiones o subdivisiones del trabajo que podrían relevarse como momentos históricamente universales que posibilitaron cambios de calidad en la productividad del trabajo humano y consecuentemente en el bienestar material y espiritual del ser humano.

Ya he mencionado que el Espíritu Económico tiene una de sus materializaciones principales en el trabajo humano y su división y que el trabajo ha sido la constante que, a su vez, marca en gran medida la evolución, valga la redundancia, de la Economía y sus expresiones espirituales.

La División del Trabajo ha devenido desde la División del Trabajo basada en un primer momento en lo Sexual. Siendo el ser humano un recolector de frutos y cazador, un nómada que seguía el curso de las fuentes de agua, dejaba al cuidado de las mujeres a niños y ancianos y el hombre se dedicaba a recolectar y cazar. La mujer fue la primera agricultora, las semillas de los frutos y vegetales que comía con niños y ancianos nos dice Engels, germinaban en los sitios en donde se asentaban temporalmente y la mujer fue la primera en observar y reciclar la siembra primitiva. Con todo el atraso, desde usar la punta de su dedo o una piedra o un pedazo de madera para sembrar, dependiendo de la lluvia o del acarreamiento primitivo de agua para regar lo sembrado la mujer se convirtió en el ser central que resolvía el problema de la alimentación del clan o la tribu de manera más o menos permanente; cazara o no cazara el hombre, recolectara o no recolectara el hombre, la mujer siempre proveía el alimento, así fuera de manera precaria o relativamente abundante. En estas condiciones el Espíritu Económico se transformó probablemente en Espíritu Religioso, los Dioses tuvieron forma de mujer, y la época fue la época del Matriarcado. El Espíritu Sexual, arrancado y al mismo tiempo radicado en su esencia económica, productiva, acostumbró a la que la descendencia se ubicara por medio de la mujer; y de esta manera era normal que se supiera quién era la madre pero no quién era el padre de cada persona. Así pasa la época del Matriarcado el Espíritu Económico adquirió un carácter de género femenino como nunca más se ha repetido en la historia humana.

La reiterada actividad del ser humano de recolectar y cazar lo fue perfeccionando a él en sus facultades biológicas y productivas y fue perfeccionando su Espíritu Económico. Se hizo más organizado colectivamente; una sola alma al momento de cazar y los animales heridos posteriormente domesticados hasta inspiraron las ideas de los productos derivados de los animales en la mente humana.

Con la domesticación de animales unida a la agricultura en mayor escala se inicia la Segunda División del Trabajo, la Ganadería. Se implica y complica la necesidad de la fuerza de trabajo del hombre, de fortaleza natural diferente de la mujer. El ser humano pasó de nómada a sedentario con la agricultura y consolidó esta situación con la ganadería y ese cambio económico posibilitó un radical cambio del Espíritu Religioso pues los dioses abandonaron esencialmente su forma de mujer, o al menos, los dioses con forma de hombres aparecieron con más poder. El Espíritu Económico abandonó la época del Matriarcado y pasó a la del Patriarcado. Las condiciones de naturaleza del hombre, como dije, con más fortaleza muscular para el trabajo que la de la hembra hicieron posible y necesaria la aparición de la propiedad de la tierra y el ganado y de la misma hembra como propiedad  del hombre. En el patriarcado, se materializan la herencia familiar y la familia monogámica. La descendencia se registraba por el padre y no por la madre; a diferencia del Matriarcado en donde se sabía quién era la madre pero no quien era el padre en el Patriarcado se sabe principalmente quién es el Padre y secundariamente quien es la madre. La Biblia es un testimonio de la genealogía por la vía del hombre, como puede leerse en la genealogía de Jesús, el Cristo.

Como producto de la División del Trabajo, que potenció el trabajo individual en un solo trabajo colectivo, con instrumentos de trabajo más eficientes y resistentes, el Espíritu Económico mutó hacia una sociedad dividida en clases sociales entre propietarios privados y no propietarios, de la tierra y sus frutos, de los animales domesticados y no domesticados y de la mujer. La mujer, como dije arriba, era antes sexualmente propietaria de hombres en la época del matriarcado y pasa después a ser propiedad sexual del hombre en la época del patriarcado. Antes cuando el Espíritu Económico nadaba en un mar de necesidades y verdaderamente ni usando las uñas como herramientas de producción alcanzaba a procurar el alimento del cuerpo, las luchas a muerte por la comida se resolvían con eso, con la muerte. No tenía caso preservar la vida de un humano herido, ni la de un animal herido si no producían más de lo que consumían. A los heridos, animales pensantes y no pensantes, se les mataba para deshacerse de ellos en el abandono o comiéndolos. Pero cuando se eleva la productividad del trabajo y tanto hombres como animales pudieron dar más que el alimento y las herramientas que se les proporcionan, los animales desde cuero, leche y carne, y la reproducción de otros animales y los hombres con su trabajo y con mejores herramientas o instrumentos de trabajo y el trabajo colectivo pueden producir más cosas que las que consumen, entonces sí, para que matarlos si se les puede poner a producir. El Espíritu Económico da cuenta de la importancia de la Propiedad Privada de hombres, animales y tierra y todo lo demás, de la mujer y de los hijos e hijas, de la herencia, de los dioses y diosas y hasta de los perros y los caballos, animales sumamente evolucionados que podrían contarse entre los animales que permiten caracterizar una nueva división del trabajo. El perro, viejo amigo, muy inteligente, no confrontó a los humanos sino que los ayudó en la cacería y el caballo que dócilmente al final de su domesticación prácticamente dio las cuatro patas que dejamos por la evolución de nuestra especie humana y un torso fuerte para sembrar, transportar y transportarnos y hacer la guerra.

El perro, el caballo y el camello y la llama, han sido animales imprescindibles en el proceso de producción y transportación de los bienes que el ser humano genera con su trabajo, “bienes convenientes y necesarios para la vida”, como dijo Smith. Bien podrá decirse si se considera como Segunda División del Trabajo solamente a la Agricultura que la domesticación de animales constituye la Tercera División del Trabajo.

En el orden de exposición que llevo del Espíritu Económico sustanciado en el trabajo y su división, debo recordar que algunos definen que la diferencia del Espíritu Económico con todos los demás Espíritus (el Jurídico, el Político, el Filosófico, el Religioso para mencionar algunos) estriba en que el Espíritu Económico es al mismo tiempo un Espíritu Tecnológico que tiende a fabricar instrumentos, de todo tipo, de trabajo y de guerra, para la alimentación y para la expulsión de la alimentación, para la bonanza y para la carencia, para vivir y para morir.

En esta exposición exploratoria se puede considerar que la Cuarta  División del Trabajo fue posible debido a que el Espíritu Económico transfiguró instrumentos de trabajo con la tecnología correspondiente a tres edades de piedra, desde la piedra roma hasta la piedra afilada y pulimentada y tres edades de los metales hasta llegar al hierro y el acero, pasando por el bronce y por el cobre. El ser humano diversifica su espíritu de agricultor y domesticador con el espíritu de artesano.

Siendo Espíritu Artesano terminaría creando mercancías en relativa gran escala pero suficiente para que apareciera con el Espíritu Comercial una Quinta División del Trabajo. El Comercio, Quinta División del Trabajo en esta cuenta es, a diferencia de las anteriores divisiones del trabajo, una actividad improductiva en términos de creación de bienes materiales. Solamente los cambia de lugar y de manos. Pero es una actividad central del proceso económico. Si la mercancía no se ubica y no se compra o se vende en el lugar indicado, la mercancía se pierde y es como si no se hubiera producido.

El Espíritu Económico empezó con mejores instrumentos de trabajo a diferenciar la agricultura de la industria y a industrializar la agricultura misma. La siguiente división del trabajo es el devenir de Espíritu Artesano a Espíritu Obrero, o Espíritu Industrial, esta es la Sexta División del Trabajo que sustenta el mundo actual del sistema capitalista. Pero entre el Espíritu Artesano y el Espíritu Industrial transita un Espíritu Comercial que deviene en un Espíritu Capitalista, de manera que la capacidad productiva generada por el Espíritu Artesano originó y potenció la aparición de una división del trabajo primero comercial que luego se transfiguró en división capitalista del trabajo.

La Quinta División del Trabajo, el Comercio, como dije arriba, no es  directamente productiva, tanto, que Aristóteles percibió el comercio y prestar dinero a interés como una actividad antinatural, que distorsionaba la naturaleza para la que las cosas fueron creadas y posibilitaban el enriquecimiento artificial. La Quinta División del Trabajo es la Comercial primero que después se transforma en  Capitalista después y se puede pensar que la transformación del Comerciante en Capitalista es la Sexta División del Trabajo.

El Espíritu del Capitalismo para Weber impulsa la industria, que claramente se diferencia con la agricultura y es la fuente del desarrollo del Espíritu Económico moderno que tiene base, según Weber en un espíritu religioso, en una ética protestante. Saint Simon llegó a pensar que el máximo estadio del desarrollo humano sería la sociedad industrial. La fuerza espiritual del mundo de hoy proviene de la vida del Espíritu Industrial. La industria como es conocido desarrollo la tecnología y el sistema de maquinaria movido por una fuerza motriz. El Espíritu Tecnológico se convierte en Espíritu Fabril Capitalista, mutando en fuerza motriz gaseosa en forma de vapor, a fuerza motriz electricidad resultante de cargas positivas y negativas chocantes y luego a fuerza automotriz transformando un líquido en combustión interna de automotores. Una especie de eterno retorno al fuego, fuerza comburente con la se inició el viaje ´para ablandar alimentos y metales que le cambiaron la vida al ser humano y su Espíritu. Pero la máxima expresión de las mutaciones como Espíritu Económico lo constituye en la actualidad la Séptima División del Trabajo, la automación y la robótica que transformarán las concepciones económico políticas sobre la explotación del trabajo humano, la jornada de trabajo, la función administrativa del Estado. Es una continuidad revolucionaria de la sexta división del trabajo que creo el Obrero Industrial y el Empresario Capitalista. Divisiones del Trabajo han posibilitado que ahora existan máquinas que sustituyen al ser humano no en labores manuales sino también intelectuales, borrando en un peldaño más la división del trabajo entre intelectual y manual y posibilitando ya no la prolongación sino la reducción de la jornada de trabajo del ser humano con una mayor productividad.

En proceso de construcción se encuentra la séptima división del trabajo, que estaría constituida al elevarse la capacidad de producción automatizada ya que se reforzará la necesidad de que el aparato del Estado se vuelva un aparato administrativo del excedente económico socializado. El Estado surgido en el contexto de la segunda y tercera división del trabajo, con la agricultura y la ganadería y la propiedad privada como un organismo represor de una clase dominada mayoritaria se tenderá con más ímpetu a convertirse en un organismo administrador de la riqueza pública de la clase social mayoritaria, dominante.

Todo indica que a través de flujos y reflujos el espíritu humano, ahora gobal, se encamina hacia una nueva realidad y concepción de la división socialista del trabajo.

2.2. El Espíritu Económico Científico

El Espíritu tiene diferentes dimensiones y consecuentemente diferentes concreciones. El Espíritu es una totalidad de sociedad y naturaleza y consciencia y autoconsciencia. Una de sus concreciones es el pensamiento, propiedad única de la raza humana. El pensamiento en los seres humanos tiene a su vez dos dimensiones: el pensamiento corriente o cotidiano y el pensamiento científico. En el pensamiento corriente predominan otras dimensiones espirituales  como la intuición y las sensaciones que son cosas diferentes, una cosa es el espíritu intuitivo y otra cosa el espíritu sensitivo. En el pensamiento científico, para Hegel, una de las manifestaciones, si no la máxima manifestación del espíritu, la verdad, es lograda. La verdad es el todo, decía Hegel. El espíritu científico le da coherencia y finalidad a todas las demás dimensiones espirituales. Por eso distingo tres momentos en el Espíritu Científico, Uno como Espíritu Pre Científico, dos como Espíritu Científico propiamente tal y tres como Espíritu Post Científico. Todas las Ciencias y por ello, todas las manifestaciones del espíritu científico tienen estos tres momentos. Todas las Ciencias son la Ciencia, es una sola con diferentes dimensiones y concreciones.

Hegel, probablemente el más acucioso investigador de las intimidades esenciales del Espíritu sostenía que la máxima expresión espiritual se localizaba en la ciencia. Ahora se postula que el pensamiento científico es el tipo de pensamiento humano más abstracto y coherente, lo que coincide con la naturaleza también abstracta y coherente de lo espiritualmente  real. La Ciencia es el tipo de pensamiento más organizado, estructurado, sistematizado, funcional a tal grado que dota al pensamiento humano de tres herramientas ideales que en el ´pensamiento científico se convierten en una real fuerza física transformadora en forma de teorías, categorías, leyes y metodologías para el conocimiento que cambia conscientemente la naturaleza, la sociedad y el mismo pensamiento. En la ciencia, el Espíritu Absoluto se desenvuelve como pez en el agua, se desplaza con toda naturalidad.

En cada una de las dimensiones de las que el Espíritu es producto y productor lograr su expresión como ciencia ha sido un arduo trabajo en que ha contribuido de manera singular, podría decirse única, la raza humana. El Espíritu en todo, literalmente en todo, ha pasado de ser un Espíritu Corriente a ser un Espíritu Científico, así pasó en la Biología, un Espíritu Religioso, no Científico nos mantuvo en la creencia de fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza sin examinar la posibilidad de que nosotros creamos dioses a nuestra imagen y semejanza. Y afirmamos durante siglos con certeza de que fuimos creados en días, del barro o del maíz, hasta que Darwin desnudó la esencia evolutiva del ser natural y así pasó en la Astronomía hasta que Galileo descubrió que el Espíritu Religioso equivocaba su percepción al considerar que su hogar, la Tierra y el ser humano eran el centro del Universo. Y Hegel, un Darwin del Espíritu y no de las especies naturales, descubrió la dialéctica de un Espíritu Absoluto que es siempre imperfecto y por lo tanto perfectible.

Dentro de las explicables imperfecciones espirituales se encuentra el estado del conocimiento y pensamiento corriente, integrantes del Espíritu del Vulgo, del Espíritu del Pueblo, del ser humano común y aun existe pensamiento corriente cuando se producen equivocadas reflexiones de grandes pensadores que simplemente yerran en sus percepciones como cuando Jevons dijo que las crisis económicas provienen de las manchas del Sol porque sus cambios ocasionan cambios en el clima y estos en la agricultura.

De manera que el Espíritu humano tiene dos dimensiones relacionadas con la Ciencia, el Espíritu Corriente y el Espíritu Científico que se materializan en el Conocimiento Corriente y el Conocimiento Científico. En todas las dimensiones de la Ciencia el pensamiento humano ha atravesado por tres períodos: el Pre Científico, el Científico y el Post Científico. Existe un punto nodal, donde se forma un “nudo” de conocimientos coherentes, estructurados, sistemáticos, con un método para investigar los fenómenos a que se refiere la dimensión del conocimiento que se concretiza en pensadores, que hacen resumen y síntesis del pensamiento acumulado.

El Espíritu se ha expresado en el pensamiento de seres humanos especiales y particulares cuya vida histórica, material y espiritual constituyó un punto de inflexión en el pensamiento científico pues ellos cambiaron la organización del pensamiento corriente en pensamiento científico. Por ello acepto que se hable de la existencia del espíritu científico en Filosofía desde antes y después de Sócrates, Platón y Aristóteles. En Ciencia Política desde antes y después de Maquiavelo. En Biología desde antes y después de Darwin. En Sociología desde antes y después de Saint Simon y Compte. En Matemática desde antes y después de Pitágoras y Euclides y de Newton y Leibniz. Estos son puntos de inflexión que constituyen relevamientos teóricos condensados de la explicación de la sustancia material y espiritual de las cosas pero existen otros menos condensados pero igualmente importantes. Por ejemplo, el relevamiento del Algebra, por Al Juarizmi, en Matemática. O el relevamiento de Marx y Engels con el Materialismo Histórico en Sociología que se suma a la creación de la Sociología como Ciencia por obra de Saint Simon y Compte.

En Economía Política el punto de inflexión teórica es el escosés Adam Smith. Puede decirse que antes de Smith existía un pensamiento pre científico en Economía. El creó la ciencia y a partir de sus descubrimientos se desarrollaron otros puntos de inflexión como el de Marx y Engels quienes al criticar las concepciones económicas de Smith y Ricardo generaron una nueva corriente materialista histórica y dialéctica que le dio más consistencia científica a la economía.

Antes de Smith existieron destellos del pensamiento económico en Sócrates, Jenofonte, Platón, Aristóteles, Ibn Jaldún, Tomás de Aquino, Colbert, Quesnay, Petty. Y los pensamientos van desde el tratamiento casual hasta el tratamiento causal, más o menos sistemático de problemas económicos.

Según refiere Jenofonte Sócrates reflexionó inicialmente sobre la utilidad de los bienes examinado cuestiones económicas pero entendiendo las cuestiones económicas como la administración del patrimonio de la casa, de la “oikos”. Sócrates interroga a Critóbulo, según Jenofonte sobre si la crianza de caballos que tiene constituye una riqueza o un problema si no es diestro en la crianza de caballos. Critóbulo le responde que constituyen un problema y por lo tanto se deduce que no todo lo que se tiene es útil y consecuentemente no puede considerarse como riqueza. Esta reflexión es de las primeras que relacionan la riqueza con la utilidad de los bienes. En la actualidad, la respuesta podría ser que vender los caballos, aun cuando sea un problema criarlos, si constituye una utilidad y consecuentemente una riqueza porque se obtiene dinero a cambio de los caballos que a su vez le puede servir a Critóbulo para adquirir otros bienes que necesita. En una economía casi autocrática en la que vivían Sócrates y Critóbulo, en la cual el comercio podría ser atentatorio contra la estabilidad de la ciudad estado, la cuestión de la utilidad de los bienes quedó zanjada de manera que los caballos para Critóbolu no eran riqueza sino un problema porque no podía venderlos y siguió el examen de “lo económico” pasando por la cualidades que debe tener un administrador de la casa (que no sea ladrón, borracho y mujeriego) hasta la discusión de cómo involucrar a la mujer en la administración del patrimonio.

Repito que es explicable que en una economía en que lo normal y general era la autarquía “de la casa” y los actos de venta justificados se relacionaban con la persecución de la utilidad directa de los bienes y no con la utilidad indirecta de los bienes, adquiriendo dinero con la venta de ellos para adquirir otros bienes, vender caballos era poco viable pues pudo haber sido considerado en esta época hasta un acto de traición a la “polis” a la ciudad estado pues los caballos servían para elevar la producción en las haciendas o casas esclavistas y para movilizar al ejército que defendía y agredía en las constantes guerras con estados vecinos o foráneos.

Aristóteles fue más claro al tratar el problema de la utilidad. Cristalinamente diferenció entre el valor de uso y el valor de cambio de las cosas. Lo natural, era el uso conforme a la utilidad para la que las cosas fueron creadas y el valor de cambio  era lo antinatural pues las cosas fueron creadas para ser usadas específicamente, como una sandalia para calzar el pie y no para el intercambio. El valor de cambio para Aristóteles desnaturalizaba la finalidad para las que las cosas fueron creadas. A la producción de los valores de uso Aristóteles le llamó Economía era lo natural. A uso de los bienes para el intercambio con el propósito de enriquecerse Aristóteles le denominó Crematística y esta actividad para él era antinatural. Paradójica pero lógicamente, para Aristóteles era completamente natural adquirir bienes por medio de la guerra.

Preocupado por el tipo de gobiernos en la ciudad estado, en la “polis” Aristóteles examinó los problemas de la justicia distributiva para distribuir con equidad la riqueza social porque sostenía que la división social profunda entre ricos y pobres conducía a inestabilidad social y revoluciones. Para evitar las convulsiones sociales era necesario, según Aristóteles el fortalecimiento de la clase media.

Platón a su vez originó la vertiente de la teoría en sociología y economía socialista imaginando una sociedad dirigida por una élite política pensante que se organizara teniendo como base la comunidad de bienes, incluso de mujeres. Los Reyes, para Platón deberían ser Filósofos y los Filósofos deberían ser Reyes.

Podría decirse que el pensamiento económico de la Grecia Antigua, cuna del pensamiento científico occidental, se agotó en cuanto a la teoría económica con las contribuciones mencionadas.


Bibliografía
Aristóteles, Política
Belandria, Historia del término de la Noología
Diccionario Larousse, Noología
Engels, El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre
Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía
Hegel, Fenomenología del Espíritu, Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas
Jenofonte, El Económico
Lenin, A propósito del llamado problema de los mercados
Menger, Principios de Economía Política
Marx, El Capital
Montesquieu, El Espíritu de las Leyes
Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo